Los proyectos en los que se encontraban fueron suspendidos: “Cancelación total. Estaba
en dos obras, una para niños y otra para público adulto y ambas fueron canceladas a media
temporada.” (Participante 8, entrevista a distancia, 10 mayo de 2020) “No hay público presencial,
cancelación de nuestra actividad primordial” (Participante 9, entrevista a distancia, 11 mayo de
2020). Esto plantea una situación complicada para este gremio que tiene poca o ninguna garantía
gubernamental que lo respalde.
Realmente es necesaria una discusión sobre la situación actual del actor de teatro y sobre
su necesaria existencia y utilidad. El teatro tiene que defender su propia existencia ya que se sitúa
en la frontera misma de la realidad, que la sociedad necesita definir y construir, para existir y verse
reflejado, entre las propias realidades y la ficción. La necesidad de existir del teatro está
relacionada con la vida misma. “La cultura brinda salud mental, emocional y física a la sociedad,
además del análisis crítico y la dialéctica del comportamiento que el teatro genera” (Participante
6, entrevista a distancia, 10 mayo de 2020). Otro señala:
Somos parte de un sistema de consumo, en mayor y menor escala, estudiamos, nos
transportamos, comemos, usamos Internet, teléfono, alquilamos equipos y espacios,
materia para vestuario y escenografías, maquillajes, reproducción de audio, espacios de
ensayo y presentaciones, insumos de oficina para libretos y demás. En fin, consumimos
más de lo que percibimos, pero somos parte de la economía, también la hacemos fluir
(Participante 10, entrevista a distancia, 12 mayo de 2020).
A pesar de su necesaria existencia, el gremio actoral se debate entre la formalidad e
informalidad y los resultados muestran que el 27.2% de los entrevistados ven el trabajo del artista
como informal. Las productoras al verse reconocidas como empresas podrían brindar al actor una
solución. Sin embargo, no se cuenta con los estatutos necesarios para la protección del artista ante
la situación actual. “Algunas podría decirse que sí, aunque falta que se generen contratos legales,
y se les de beneficios como empleados a quienes trabajan con esas productoras.” (Participante 8,
entrevista a distancia, 11 mayo de 2020); “si, su fin es crear entrada económica y empleos”
(Participante 5, entrevista a distancia, 10 mayo de 2020).
Aunque algunos actores consideran que aún falta formalidad para realmente considerarse
una empresa. “No. Una empresa está inscrita. Paga impuestos y salarios. No conozco ni una
productora en Guate que pague salarios” (Participante 1, entrevista a distancia, 09 mayo de 2020),
esto significa que aquellos que no tienen un salario fijo (90.9%) no tienen forma alguna de continuar
realizando actividades artísticas y esperar beneficios económicos significativos.
En cuanto al papel de garantizar la continuidad del medio artístico y la correcta ejecución
de los derechos y obligaciones del artista queda a cargo del IPSA, entidad que debería ser parte
de la solución, velar por su representación y que el actor de teatro tenga un respaldo ante la
situación actual del país. No obstante, la realidad es que el IPSA a lo largo de los años ha
demostrado falta de transparencia en el uso de fondos públicos, la administración y fiscalización
de los impuestos e ingresos de dicha entidad. “Es una entidad que no tiene escrúpulos, se supone
que vela por el artista y es quien menos ha dado la cara ante esta crisis. A los mismos artistas les
ha tocado buscarlo crear grupos de apoyo” (Participante 4, entrevista a distancia, 9 de mayo de
2020). Otros entrevistados coinciden con esto: “Es una institución fallida, mal administrada y es
necesario intervenir para que cumpla las funciones por las que fue creada” (Participante 7,
entrevista a distancia, 10 de mayo de 2020), y otra persona afirma “Que es completamente