por una cosa tan tonta y al final, como un año después me tuvo que decir: ‘Sí, yo sé que él lo descubrió,
pero no lo podemos decir’. ‘¿Por qué no podemos decirlo? ¿Cuál es el tema político?’ No hay ningún
tema político, es científico, pero la Psicología Rusa, Stalin y el comunismo en Rusia, opinaron que Freud
era un psicólogo de la burguesía, hizo contribuciones de la burguesía. Entonces esto no contribuye en
nada al hombre, al hombre revolucionario soviético, a otro sistema.
MG: Cuando empezaste, ¿cómo estaba estructurado el pensum? ¿Qué era lo que se veía?
MCA: Teníamos una introducción a la psicología general basada mucho en Vigotsky, en Leontiev, el
pensum tenía biología, tenía matemáticas, que yo recuerde. Primero había lengua rusa en una época,
después la quitaron porque éramos trabajadores y era muy difícil aprender ruso, en la noche era un lío.
Yo estudiaba en la noche, era joven, pero también trabajaba. Después ya tenía esposa y nació mi hija
grande. En fin, tuvimos profesores muy buenos, como Liliana Morenza, que es toda una eminencia en
Bolivia. Trabajaba en la Universidad de Bolivia. María Febles, una persona que había sido alumna de
Leontiev, recitaba Leontiev. Me encantó Leontiev, pero no la podías mover de ahí. ¿Por qué? Porque
ella no sabía otra cosa. Son algunas pequeñas fallas que yo detecto, mucha contribución marxista a la
psicología, eso fue muy interesante, pero algunas fallas como esa. No poder hablar de psicólogos
como Rogers, por ejemplo. Fernando González Rey, ya fallecido, destacado profesor, hizo en una
ocasión como una antología, haciendo una crítica marxista a estas teorías. Era la época, ¿te das cuenta?
A darle de palos a Freud y a decir que la teoría de él era pansexual. Y años después, cuando estuve en
algunos seminarios con los argentinos, me di cuenta de que la teoría de Freud no fue exactamente
pansexual, que los rusos como que habían unilatelarizado eso. Freud tuvo muchas contribuciones a la
personalidad, a la terapia, sobre el aparato psíquico. Y eso no se hablaba en la escuela, todo en medio
de ese momento, momento convulso. Por qué aprendíamos lo que ellos (los docentes) nos daban, pero
decíamos aquí falta algo. O sea, a buscar libros de Freud, a leerlos, en la universidad los había en la
biblioteca, pero no te los promovían. Sin embargo, yo leí La interpretación de los sueños, El esquema
del psicoanálisis, me encantó, de hecho, es el libro post-mortem de Freud. Creo que el tipo era una
eminencia, que hubo cosas que no vio, como el papel de lo social, que en Freud está muy, muy como
minimizado. Y de pronto en un año, le da un infarto a uno de los que habían estudiado en Rusia y nos
traen a un tipo que se llamaba Diego González Serra. Había estudiado psicología antes de la revolución,
se graduó de psicólogo, en la psicología de Cuba y se fue a Bélgica y allí estudió con Francois Nathan,
un clásico del humanismo y choca con una teoría existencialista y cuando Diego se paró ahí, a las
teorías ruso marxista les hace así, fue muy interesante porque cuando él se puso a hablar, hablaba de
Allport, de Nathan. Y nos dimos cuenta que había una pelea, una pelea como intelectual con Manuel
Calviño. Sobre todo, que era muy defensor en esa época de las ideas rusas le Leontiev y fue muy
interesante. La controversia aquella porque era ya pública, entre ellos y nosotros nos volvimos parte
de eso, pero aprendiendo con este hombre un chorro. Este hombre me dio, es uno de los psicólogos
cubanos más eminentes de los cuales aprendí, Diego González Serra. Aprendí motivación de
personalidad, que tú sabes que, para la Clínica, tuve la suerte y el honor de ser alumno de él. Calviño
era un tipo brillante. Y Fernando también. Él empieza a revisar a Allport, a Donald Super. Empieza a
elaborar Fernando una teoría humanista marxista. Creo que Fernando hizo un buen intento y le salió
toda la teoría del inconsciente, pero la teoría del inconsciente evolutivo. No sé si aquí habló alguna vez.