el caso de la Escuela de Ciencias Lingüísticas, tenían que trabajar en esta elección. Entonces aquí sí
estamos conformados, los estudiantes están organizados, tenemos nuestros propios retos.
Cada departamento tiene su propia cultura, su propia forma de ser, su forma de organizarse y
en el caso del CUNOROC, pues representa también a la cultura huehueteca. Están los estudiantes
constantemente motivándose, se juntan todas las tardes en el campus. Aparte de cómo están
organizados para mantener la toma, en las tardes hay actividades culturales, actividades de reflexión,
de formación. Están organizando un taller integral con estudiantes que están realizando su EPS de
Psicología aquí en Huehuetenango para trabajar temas de formación, seguridad, autoestima, que es
algo muy importante y que también es algo positivo y valioso que podemos decir que nos trajo esto.
La relación entre las distintas unidades académicas y los jóvenes, en el caso de Huehuetenango,
puedan beneficiarse de talleres de expertos en la conducta, como son los que ya están por graduarse
de psicólogos. También se ha seguido muchísimo la comunicación con Guatemala, los estudiantes
pertenecen también a la Coordinadora General de Tomas y ellos llevan su propia dinámica. Los
profesores están de vacaciones, todas las carreras son semestrales a excepción de medicina. Entonces
hay un pequeño grupo de profesores que nos mantenemos, mientras que a los demás a unos les
interesa y otros no les interesa, otros un poquito, pero no mucho y hay quienes estamos un poco más
metidos, apoyando todos estos esfuerzos, lo que creo que también es un reflejo mismo de lo que pasa
en la Universidad de San Carlos. Esto es lo que yo les puedo contar de cómo ha estado la situación
aquí en Huehuetenango y cómo estamos organizados. En realidad, el nivel de los conflictos (si los
comparamos con Quetzaltenango) es bajísimo. Sabemos que, en Quetzaltenango, integrantes del
Consejo Directivo empezaron a oponerse duramente y a criticar a los estudiantes que están en digna
resistencia. En el caso de Huehuetenango, no ha sido así, creemos que nuestros retos son distintos, en
términos de motivar más a los estudiantes, que mejoren su organización, su fortalecimiento, porque
esto va a quedar para beneficio del Centro Universitario. Esperamos articular, mejorar nuestra
organización, articularnos mejor para tener una voz mucho más fuerte para poder, no sólo luchar por
la defensa de la autonomía de la Universidad de San Carlos, sino también para mejorar las condiciones
en que se imparte la educación universitaria aquí en el Departamento. Gracias.
Aldo Tobar: Escuchando a los dos compañeros, les diría: ¡qué afortunados! En San Marcos la situación
es diferente. Hay un grupo pequeño de héroes, que así los considero yo, estudiantes, principalmente
de Agronomía, que están manteniendo este movimiento desde principio con un entusiasmo admirable.
Las pocas veces que he podido participar en las reuniones donde nos han invitado, pues he ido con
aquello de ‘bueno, a ver cómo están’ y se contagia uno del ánimo. Ahora, ¿por qué se da esa situación?
Les decía, San Marcos es un departamento de mucha tradición, culturalmente participativo desde
antes del conflicto armado y todo por las condiciones de sufrimiento que ha vivido la población. Eso lo
identificamos nosotros en la Universidad cuando empezamos a trabajar, que ya se traía esa cultura. En
nuestra carrera (no les puedo hablar de todas las carreras del centro), antes de la pandemia
participaban docentes y estudiantes en las reuniones, en la toma de decisiones...en septiembre,
cuando fue la situación de la reforma universitaria, los dirigentes de carrera, los estudiantes de la
carrera de agronomía, lideraron este movimiento y nos invitaron a reuniones y participábamos los
docentes. De allí vino la situación de la pandemia y la pandemia generó entre los problemas, no un
divorcio sino un distanciamiento entre estudiantes y docentes: ya no se dieron las reuniones. No se